Totalmente dependiente para sobrevivir, me di cuenta de que todos somos totalmente dependientes de nuestros semejantes, y que muy pocas veces tenemos la capacidad de dirigir nuestro destino, llevo toda la vida haciendo planes y una y otra vez la realidad se encarga de rectificar mi camino, y es que es la relación que tenemos con los demás, lo que hace mover el mundo.
Aquellas personas, ajenas totalmente para mi, se convirtieron en mi sostén vital leyéndome los labios, así descubrían, no sin mucho esfuerzo, mis necesidades más básicas y vitales, ellos son sin duda alguna los verdaderos héroes de esta historia, enfrentándose a la certeza de un monstruo invisible que amenazaba sus vidas y las de sus seres queridos. Siempre dispuestos, siempre con una sonrisa, con una palabra de aliento, con una esperanza que te mantiene agarrado al precipicio e impide que te dejes vencer por ese reto tan enorme. Doctores, enfermeros, auxiliares, celadores, limpiadores, fisioterapeutas y demás profesionales realizando una labor para la que no estaban ni preparados ni dotados. Es la representación desesperada de la lucha entre David y Goliath.
Los médicos y enfermeros me devolvieron la vida, me dieron más tiempo para vivir con mi familia, mi mujer, mis hijos, mis padres y hermana, y mis suegros, Más tiempo para compartir con mis amigos, mis clientes y compañeros.
Los fisioterapeutas me han devuelto la libertad y la esperanza de recuperar el control sobre mi cuerpo, con ellos he aprendido a comer, a levantarme de la cama, a ponerme en pie y caminar, a subir escaleras y mover los brazos, algo que hace apenas un mes me parecía totalmente imposible.