Mira sus zapatillas, pero no las ve, sus pies ya están desnudos sobre la arena, por un momento fría y húmeda pero solo un instante después son engullidos por ella a un lugar ahora más cálido y seco.
Con cada paso, la experiencia se repite, y mientras camina, despacio, su mente viaja otra vez a ese lugar donde ocurrió todo; casi sin querer vuelve el dolor y la esperanza, ahora ya perdida, de recuperarlo, de abrazar lo que fue hacia solo unos días.
Un rayo de sol se escapa de entre los oscuros nubarrones que amenazan ese instante tan especial, es como una señal de que ha llegado el momento de pasar página, pero esa emoción, ese preciso soplo del tiempo, se agarra a su alma en un intento de escapar del olvido.